LAS MEJORES FOTOS SON AQUELLAS QUE ATRAPAMOS CON NUESTRA CÁMARA; TAN SOLO CON LA MOTIVACIÓN DE COMPARTIR LAS COSAS MÁS HERMOSAS DE LA VIDA Y LO HAGO CON SENCILLEZ.
lunes, 4 de marzo de 2013
Cuando Oramos Le Damos Lo Mejor A Jesús Y Lo Mejor De Jesús A los Que Lo Necesitan.
Cuando oramos le damos lo mejor a Jesús y lo mejor de Jesús a los que lo necesitan.
S. Lucas 10: 38-42(Bíblia Reina Valera 1960)
“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies, oía su palabra.
Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
Como vemos en este relato, Jesús se encuentra en la casa de dos hermanas; María y Marta.
Todo el ambiente nos da a entender, que era muy amigo de esta familia. En lo que muchos comentaristas no se ponen de acuerdo, es porque no estaba con los discípulos; pero en otra oportunidad Jesús ha estado a solas; por ejemplo con la mujer samarita, relatada en
S. Juan 4. Es necesario aclarar esto, porque destaca la manera en que Jesús trataba con las mujeres, que en época eran tan discriminadas, nunca podían estar cerca de un maestro de la ley. Vemos que Jesús rompe con esta estructura religiosa.
Lo cierto es, que Jesús estaba con estas dos hermanas, Marta que era muy laboriosa, casi con ansiedad por servirlo de la mejor manera, y María por estar recibiendo la enseñanza a los pies de Jesús.
Marta, como vemos en el versículo 40; lleva más que una queja, hace un reproche a Jesús diciendo: “Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola?...” y seguidamente viene la orden a Jesús. Dice: “dile pues que me ayude…” Aquí vemos cierto grado de confianza.
Lo más conmovedor es como le responde Jesús a Marta; él le dijo: “Marta, Marta afanada y turbada estas con muchas cosas”. Si bien Marta estaba airada, Él la lleva a una reflexión de lo que significaba estar con Él, de la manera que Él quería y lo que le agradaba, y se lo hace saber a través de una respuesta impregnada de ternura: “pero solo una cosa es necesaria y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
¿Cómo nos dirigimos a Jesús?
Sabemos que ser mujer es la condición más preciosa que Dios nos ha dado, ya sea como: amas de casa, pastoras, médicas, maestras, abogadas, relacionista públicas, solteras, casadas.
Pero debemos saber que somos diferentes, cada una conlleva un perfil, un determinado carácter determinada manera de hacer las cosas, una somos más activa y otras más pasivas. Pero cuando nos dirigimos a Jesús y le servimos debemos hacerlo de la manera que es Él le agrada, (versículo 42) dice: “María ha escogido la mejor parte la cual no le será quitada”.
La buena parte es estar a sus pies:
Observamos, que en ningún momento Jesús elogia el carácter de María, sino; que elogia la actitud. Tampoco condena a Marta, sino; que la hace reflexionar, cuando le dice:
“Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.”
¿Cuántas veces nosotras nos vamos a encontrar en una situación igual?
Queremos servir al Señor y a la vez no nos dirigimos bien a Él y a los demás porque estamos nerviosas. Tenemos: la cocina llena de cacerolas, nos movemos en un sendero de medias tiradas, toallas húmedas; nos ilumina un sol pálido, a la vez, queremos estar presentables para nuestro esposo, que nos dejan determinadas tareas.
Ellos también nos dicen, por ejemplo: compra la canilla, fíjate que se quemó la lámpara de afuera, mira que aquella planta le falta agua…
Ah!!! No te olvidés que viene el hombre que corta el pasto y que ponga todo en una bolsa y que deje todo prolijo, llama al municipio y pedí que retiren las ramas de la calle…
¡Y de repente! te mira y con piedad te dicen: ¡Pobrecita! ¿No te hiciste la tintura? Te dan un beso en la frente y se van a trabajar.
Es natural que muchas veces estemos afanadas y turbadas, eso hace que nos dirijamos a Jesús de la misma manera que lo hizo Marta, nos quejamos, le damos órdenes, como por ejemplo: ¡Señor… hace callar a ese perro!!! ¡Escucha a la vecina, el volumen con que escucha esa música me está perforando los oídos!!!Justo que yo quería descansar, Señor! ¡Hace que se corte la electricidad!!! No te asustes. Son reacciones meramente humanas.
En estas situaciones es cuando comenzamos a alejarnos de la oración; porque cuando reaccionamos sabemos que el enemigo todo el día está culpándonos (Apocalipsis 12:10) y no solamente que lo sentimos; sino que nos lo hacen notar diciéndonos: ¿y vos sos cristiana? esta culpa nos trae enojo y el enojo es el mayor de los tropiezos, para la vida de oración. Pablo dice: que no se ponga el sol sobre vuestro enojo, resistid al diablo y éste huirá de vosotros.
En estos momentos es donde debemos humillarnos, y recordar que la buena parte es escoger estar a los pies de Jesucristo. Él nos va a tratar con la ternura que trato a Marta, nos hará reflexionar, a través del toque del Espíritu Santo; tendremos un precioso encuentro
que nos mostrará el camino a seguir. Quizás nos haga falta orar con nuestros esposos, si son cristianos, y delegarle lo que a ellos le corresponde.
Muchas veces tenemos la tentación de hacer el trabajo que otros tienen que hacer, porque cuando nos ven activas es cuando más trabajo nos dan; pero cuidado podemos agotar nuestras fuerzas para las épocas como la que ahora estamos viviendo donde se necesita mucha oración hay personas que está sufriendo en hospitales, otros en las calles olvidados, otros ignoran el flagelo de las enfermedades, drogas, por ejemplo.
No podemos ignorar que esto nos trae más tensión en nuestro hogar, hay más cuidados que antes necesitabas y necesitas las fuerzas y estas se encuentran a los pies de Jesús.
A los pies de Jesús hay frutos
Vivimos en una sociedad, totalmente amargada, desanimada, enferma de ambiciones y poder que necesitan conocer a Jesús, recibir la salvación de su alma, la violencia ocupa todas las calles, los hogares incluso cristianos. Personas totalmente desprotegidas que necesitan los frutos que nos provee Jesús a través del Espíritu Santo y esto ocurre en la oración, allí es donde recibimos lo mejor de Jesús y podemos darles lo mejor de Jesús a todos los que lo necesitan. Pero los frutos deben estar en nosotras (Gálatas 5:22-23) Dice: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fé, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
En esta relación con Jesús, seremos restauradas y la Imagen de Jesús se verá en nosotras.
PARA PENSAR:
Muchas veces por falta de oración ¿has notados que nada podemos aportar es esta sociedad, que vive sin Dios?
¿Reconocemos delante de Jesucristo que estamos casi en el umbral de su segunda venida?
Argentina, está sufriendo problemas económicos, tuvimos el flagelo del dengue, ahora nuevas enfermedades.
Sentarte a los pies de Jesús, tendrás demandas ¿estamos preparadas para socorrer a los necesitados? Acercar un tratado, orar por los que están trabajando en lugares donde las enfermedades, como infectocontagiosas están haciendo estragos. ¿No crees que la oración debe ocupar el primer lugar al abrir los ojos cada día, y recibir la ternura de Jesús, las fuerzas?
Quizás no puedas estar en medio de esa actividad por diversas situaciones pero hay un lugar que nadie te puede quitar y es estar orando, clamando porque hay mujeres que están dando a luz en lugares donde no hay una buena higiene por falta de recursos de los hospitales públicos y esto me recuerda una frase que dijo Jesús en, Mateo 24:”más ¡ay de las que estén en cinta, y de las que críen en aquellos días…”.
Amada hermana oremos por nuestra Argentina, tomemos de las manos aún a distancia física y tomemos en nuestros corazones lo mejor de Jesús y brindémosle a los que no lo conocen lo mejor de Jesús. La Salvación...
Mirta Raquel Barolo de Acuña.
Si te agrada la nota podés poner tu valiosa opinión Dios nos bendiga hermanas o hermanos. Mirta Barolo.
S. Lucas 10: 38-42(Bíblia Reina Valera 1960)
“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies, oía su palabra.
Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
Como vemos en este relato, Jesús se encuentra en la casa de dos hermanas; María y Marta.
Todo el ambiente nos da a entender, que era muy amigo de esta familia. En lo que muchos comentaristas no se ponen de acuerdo, es porque no estaba con los discípulos; pero en otra oportunidad Jesús ha estado a solas; por ejemplo con la mujer samarita, relatada en
S. Juan 4. Es necesario aclarar esto, porque destaca la manera en que Jesús trataba con las mujeres, que en época eran tan discriminadas, nunca podían estar cerca de un maestro de la ley. Vemos que Jesús rompe con esta estructura religiosa.
Lo cierto es, que Jesús estaba con estas dos hermanas, Marta que era muy laboriosa, casi con ansiedad por servirlo de la mejor manera, y María por estar recibiendo la enseñanza a los pies de Jesús.
Marta, como vemos en el versículo 40; lleva más que una queja, hace un reproche a Jesús diciendo: “Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola?...” y seguidamente viene la orden a Jesús. Dice: “dile pues que me ayude…” Aquí vemos cierto grado de confianza.
Lo más conmovedor es como le responde Jesús a Marta; él le dijo: “Marta, Marta afanada y turbada estas con muchas cosas”. Si bien Marta estaba airada, Él la lleva a una reflexión de lo que significaba estar con Él, de la manera que Él quería y lo que le agradaba, y se lo hace saber a través de una respuesta impregnada de ternura: “pero solo una cosa es necesaria y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
¿Cómo nos dirigimos a Jesús?
Sabemos que ser mujer es la condición más preciosa que Dios nos ha dado, ya sea como: amas de casa, pastoras, médicas, maestras, abogadas, relacionista públicas, solteras, casadas.
Pero debemos saber que somos diferentes, cada una conlleva un perfil, un determinado carácter determinada manera de hacer las cosas, una somos más activa y otras más pasivas. Pero cuando nos dirigimos a Jesús y le servimos debemos hacerlo de la manera que es Él le agrada, (versículo 42) dice: “María ha escogido la mejor parte la cual no le será quitada”.
La buena parte es estar a sus pies:
Observamos, que en ningún momento Jesús elogia el carácter de María, sino; que elogia la actitud. Tampoco condena a Marta, sino; que la hace reflexionar, cuando le dice:
“Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.”
¿Cuántas veces nosotras nos vamos a encontrar en una situación igual?
Queremos servir al Señor y a la vez no nos dirigimos bien a Él y a los demás porque estamos nerviosas. Tenemos: la cocina llena de cacerolas, nos movemos en un sendero de medias tiradas, toallas húmedas; nos ilumina un sol pálido, a la vez, queremos estar presentables para nuestro esposo, que nos dejan determinadas tareas.
Ellos también nos dicen, por ejemplo: compra la canilla, fíjate que se quemó la lámpara de afuera, mira que aquella planta le falta agua…
Ah!!! No te olvidés que viene el hombre que corta el pasto y que ponga todo en una bolsa y que deje todo prolijo, llama al municipio y pedí que retiren las ramas de la calle…
¡Y de repente! te mira y con piedad te dicen: ¡Pobrecita! ¿No te hiciste la tintura? Te dan un beso en la frente y se van a trabajar.
Es natural que muchas veces estemos afanadas y turbadas, eso hace que nos dirijamos a Jesús de la misma manera que lo hizo Marta, nos quejamos, le damos órdenes, como por ejemplo: ¡Señor… hace callar a ese perro!!! ¡Escucha a la vecina, el volumen con que escucha esa música me está perforando los oídos!!!Justo que yo quería descansar, Señor! ¡Hace que se corte la electricidad!!! No te asustes. Son reacciones meramente humanas.
En estas situaciones es cuando comenzamos a alejarnos de la oración; porque cuando reaccionamos sabemos que el enemigo todo el día está culpándonos (Apocalipsis 12:10) y no solamente que lo sentimos; sino que nos lo hacen notar diciéndonos: ¿y vos sos cristiana? esta culpa nos trae enojo y el enojo es el mayor de los tropiezos, para la vida de oración. Pablo dice: que no se ponga el sol sobre vuestro enojo, resistid al diablo y éste huirá de vosotros.
En estos momentos es donde debemos humillarnos, y recordar que la buena parte es escoger estar a los pies de Jesucristo. Él nos va a tratar con la ternura que trato a Marta, nos hará reflexionar, a través del toque del Espíritu Santo; tendremos un precioso encuentro
que nos mostrará el camino a seguir. Quizás nos haga falta orar con nuestros esposos, si son cristianos, y delegarle lo que a ellos le corresponde.
Muchas veces tenemos la tentación de hacer el trabajo que otros tienen que hacer, porque cuando nos ven activas es cuando más trabajo nos dan; pero cuidado podemos agotar nuestras fuerzas para las épocas como la que ahora estamos viviendo donde se necesita mucha oración hay personas que está sufriendo en hospitales, otros en las calles olvidados, otros ignoran el flagelo de las enfermedades, drogas, por ejemplo.
No podemos ignorar que esto nos trae más tensión en nuestro hogar, hay más cuidados que antes necesitabas y necesitas las fuerzas y estas se encuentran a los pies de Jesús.
A los pies de Jesús hay frutos
Vivimos en una sociedad, totalmente amargada, desanimada, enferma de ambiciones y poder que necesitan conocer a Jesús, recibir la salvación de su alma, la violencia ocupa todas las calles, los hogares incluso cristianos. Personas totalmente desprotegidas que necesitan los frutos que nos provee Jesús a través del Espíritu Santo y esto ocurre en la oración, allí es donde recibimos lo mejor de Jesús y podemos darles lo mejor de Jesús a todos los que lo necesitan. Pero los frutos deben estar en nosotras (Gálatas 5:22-23) Dice: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fé, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
En esta relación con Jesús, seremos restauradas y la Imagen de Jesús se verá en nosotras.
PARA PENSAR:
Muchas veces por falta de oración ¿has notados que nada podemos aportar es esta sociedad, que vive sin Dios?
¿Reconocemos delante de Jesucristo que estamos casi en el umbral de su segunda venida?
Argentina, está sufriendo problemas económicos, tuvimos el flagelo del dengue, ahora nuevas enfermedades.
Sentarte a los pies de Jesús, tendrás demandas ¿estamos preparadas para socorrer a los necesitados? Acercar un tratado, orar por los que están trabajando en lugares donde las enfermedades, como infectocontagiosas están haciendo estragos. ¿No crees que la oración debe ocupar el primer lugar al abrir los ojos cada día, y recibir la ternura de Jesús, las fuerzas?
Quizás no puedas estar en medio de esa actividad por diversas situaciones pero hay un lugar que nadie te puede quitar y es estar orando, clamando porque hay mujeres que están dando a luz en lugares donde no hay una buena higiene por falta de recursos de los hospitales públicos y esto me recuerda una frase que dijo Jesús en, Mateo 24:”más ¡ay de las que estén en cinta, y de las que críen en aquellos días…”.
Amada hermana oremos por nuestra Argentina, tomemos de las manos aún a distancia física y tomemos en nuestros corazones lo mejor de Jesús y brindémosle a los que no lo conocen lo mejor de Jesús. La Salvación...
Mirta Raquel Barolo de Acuña.
Si te agrada la nota podés poner tu valiosa opinión Dios nos bendiga hermanas o hermanos. Mirta Barolo.
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