JESUS ES NUESTRO
FARO.
Cuando mi corazón se oprime
de tristeza, de
dolor, angustia.
Cuando mi alma se quiebra cual cristal en mil pedazos
Por el gemir y llorar de todo el día.
¡Qué bueno es saber entonces!
Que tu Jesús escuchas y sientes mi lamento
y deseas consolarme y ser el faro de mi
vida.
Cuando la siento
clamar a ella, y veo sus mejillas
De lágrimas cubiertas.
Jesús, mis manos
desesperan por hallar la salida,
una puerta, un camino que al transitarlo me lleve
hasta encontrar su
dolor y el mío.
Y entonces llegas tú
con tu Palabra llena de consuelo
Que a descansar me invitas.
Y entonces frente a frente ella y yo nos colocamos en el
hueco de tu mano
donde hallamos ese río de agua viva, y en la frescura de tu
ardiente Palabra
encontramos la
puerta, el camino y la vida.
Y vuelve la sonrisa a nuestros labios, antes que caiga el
ocaso frió.
Al mirarnos el corazón, en nuestros ojos renace la esperanza
y la alegría.
Ahora Tú Jesús sonríes con nosotros.
Juan Edelmiro Acuña
Derechos Reservados.
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